En el Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se encuentra la mayor colección entomológica del estado, con más de 22 mil ejemplares que representan un invaluable recurso para la investigación, la enseñanza y la preservación del conocimiento sobre insectos.
Bajo el nombre “Miguel Ángel Morrón Ríos”, en honor al especialista en escarabajos que contribuyó significativamente a su desarrollo, esta colección comenzó a formarse en 1987. Actualmente abarca 11 órdenes, 111 familias, 258 géneros y 533 especies de insectos, en su mayoría provenientes del estado de Puebla, aunque también incluye especímenes recolectados en Guerrero, Morelos, Oaxaca, Tlaxcala, Sinaloa y Veracruz.
El 80 % de los insectos están conservados en seco, montados sobre alfileres entomológicos, mientras que el resto se preserva en solución acuosa de etanol. Entre los grupos mejor representados destacan los coleópteros (escarabajos de la superfamilia Lamellicornia) y lepidópteros (mariposas). Para gestionar esta vasta colección, se creó una base de datos que permite identificar y referenciar cada ejemplar, señaló Agustín Aragón García, responsable del Laboratorio de Diagnóstico y Sistemática de Insectos.
Además, el acervo ha impulsado múltiples estudios relacionados con las plagas agrícolas de Puebla. Por ejemplo, estudiantes han realizado inventarios de insectos en diversos ecosistemas y proyectos en colaboración con el Jardín Botánico Universitario, como el análisis de las agallas en encinos para criar a los parásitos asociados. Otro estudio relevante incluye el diagnóstico de escarabajos, conocidos como “gallinas ciegas”, vinculados a plagas en cultivos de sorgo en Morelos.
La colección también crece a través de cursos y proyectos académicos, donde los alumnos recolectan y procesan ejemplares en campo, integrándolos al acervo existente. Este esfuerzo colectivo convierte a la colección “Miguel Ángel Morrón Ríos” en un legado vivo que no solo fomenta la comprensión del mundo de los insectos, sino que también fortalece la formación de nuevos científicos y preserva el patrimonio natural del estado.